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Capítulo 39.

Jimin sentía algo en su pecho desde hacía rato, sentía una presión que le molestaba, pero no sabía de que era. Él nunca vería la posibilidad de que sea porque Jungkook se sentía demasiado angustiado, nunca vería la posibilidad de que sean destinados.

—Gook —llamó Jaehyun.

—Jungkook no está, Jae, volverá en un rato —dijo el omega acercándose al bebé que estaba pintando en el suelo, solo hacía líneas por el momento, pero tenían un significado para él y Jimin era feliz viendo como se divertía llenando de color las hojas.

✧✦✧

—Entonces Chaehyun... no está aquí —dijo Jeon decepcionado.

—Es todo lo que puedo decir, no le hagan daño a mi familia —dijo con miedo en su voz.

—¿Cómo sé que estás diciendo la verdad? —agregó, Jin.

—Digo la verdad. Lo juro por mi hija.

Jungkook respiró hondo y salió de ese viejo cuarto, al salir se llevó el cabello hacia atrás con furia, no sabía como sentirse. Aquel sujeto era todo lo que tenía para encontrar a su hermana, para tratar de remediar lo que hizo su padre tiempo atrás, pero resulta que solo era un empleado más que solo sabía que había salido de Corea. Jin apareció un momento más tarde.

—No confío en ese tipo.

—Yo sí —dijo firme, como si estuviera cien por ciento seguro de que todo aquello era verdad.

—Kook —el nombrado lo miró—. Ese tipo secuestró a tu hermana, no puedes confiar así de rápido.

—Su voz me confirma que está diciendo la verdad. Habla con miedo, habla como yo hablaría si tocaran mi punto más débil.

—Sigo sin confiar.

—Él no quería a mi hermana, Moon Joomin la quería.

"—Habla —dijo Jin, frío.

—Yo solo tenía la orden de capturarla, solo eso. Quien realmente la quería era Moon Joomin, si su hijo no podía tenerla la iba a tener él.

¿Quién es? —preguntó Jungkook.

—La persona que maneja todo el narcotráfico en Corea.

¿Qué quería su padre con un narcotraficante? Esa pregunta rondaba su mente, se supone que su empresa vendía productos de belleza.

¿Por qué mi padre haría negocios con él?

—Jeon ponía droga en algunos de sus productos, el trato era que él ayudada al jefe y el jefe le daba dinero para seguir haciendo negocios. Un día pidió demasiada cantidad de dinero para poder crear una nueva línea de productos, el jefe se lo concedió. Jeon dijo que se lo devolvería todo en efectivo, su empresa por lo que sé, se vino abajo y no pudo pagarle. El jefe es alguien de palabra, pero no quería matarlo, así que le dijo que su hijo se casaría con tu hermana o terminaría con su vida, ella no aceptó, entonces le dijo que se la quedaría él. Tú padre dijo que sí.

Las lágrimas trataban de salir de los ojos del alfa, pero trató de contenerlas. Dinero. El dinero movía hasta lo imposible y él lo sabía, pero nunca pensó que aquel sería más importante que una hija.

Jae se le vino a la mente, aquel bebé no era su hijo, no tenía su sangre pero su alfa y él mismo lo empezaron a querer como propio. Aunque Jungkook tuviera todos los problemas del mundo no dejaría que se lleven a aquel cachorro que quiere como a su propio hijo, preferiría que lo maten a tener que darle una de las personas que más amaba y es por eso que no entendía a su padre, Jaehyun no era su hijo pero Chaehyun si es su propia hija, tiene su sangre, tiene su apellido y no entendía porqué la dio así como así, como si su vida valiera más que la de su propia hija, quien vio crecer, quien tuvo en sus brazos cuando apenas nació. No podía comprenderlo."

—Hay que encontrarlo —dijo el ojiverde caminando de un lado a otro.

—Es una locura, es uno de los más grandes, Jungkook. No es fácil encontrarlo y mucho menos enfrentarse a él.

—Tenemos que hacer algo, él la tiene. Jin, tenemos que hacer algo.

—Respira, por favor, respira.

El alfa lo escuchó e hizo lo que dijo, infló su pecho con aire y luego lo dejó ir lentamente.

—Tengo miedo de no poder hacer nada por ella... como aquella noche.

—Tú no tienes la culpa de que se la hayan llevado.

—Ella me pidió ayuda y yo solo le dije que no. Podría haberla defendido si la ayudaba —dijo al borde de las lágrimas.

—No, tú no ibas a hacer nada porque eras un crío, no tenías la fuerza suficiente. Te iban a golpear hasta el cansancio y se la iban a llevar.

Había una ventana en ese viejo lugar y él se encontraba viendo a través de ella mientras Kim trataba de sacarle información a aquel tipo. El sol se estaba por esconder, las estrellas se podían ver, aún no del todo, pero si ponías atención se veían. Pensaba en su omega y su cachorro, los necesitaba tanto que podía sentir a su lobo llorar.

—No va a decir nada, aunque lo amenace con matar a todos no lo va a ser... Así son las mafias, lealtad ante todo. Es mejor que vayas a casa.

—Si... es mejor que me vaya.

✧✦✧

Manejaba con frustración, quería encontrar a su hermana, quería abrazarla, quería tenerla consigo. Aquella alfa era todo para él, fue su mejor amiga cuando todo se le venía abajo, lo animaba cuando su padre le decía cosas que lo herían, ella era su todo y ya no estaba y no sabe si algún día la volverá a ver. Llegó a la calle ya conocida de aquel hotel, aparcó y lo más rápido que pudo entró, ni siquiera le importó que la beta le pregunte como estaba su día, solo fue hacia el ascensor.

Estaba a punto de romper en llanto pero no podía, nadie podía ver a un alfa llorar. Cuando el ascensor llegó a su destino caminó lo más rápido que pudo a esa habitación que se había convertido en su hogar. Tocó la puerta y nadie atendió, su pecho subía y bajaba, estaba haciendo lo imposible para que sus lágrimas no cayeran. Tocó una vez más, esta vez si hubo respuesta.

—¿Jungkook? ¿Estás...

No pudo terminar la oración porque un alfa se abalanzó hacia él. El mayor lo abrazó con tanta fuerza que sintió que lo estaba por asfixiar. Retrocedieron unos pasos y Jimin cerró la puerta con el pie, el alfa comenzó a llorar y el omega sentía sus lágrimas en su hombro. El castaño rompió el abrazo, tomó la mano del mayor y lo guió hasta el sofá, una vez que Jimin se sentó, Jungkook se recostó y puso su cabeza en sus piernas.

Estaba de costado y sentía como sus lágrimas mojaban su pantalón, él le estaba acariciando el cabello para que sienta que está para él.

—¿Quieres hablar de lo que pasó? —preguntó con una voz suave, Jeon negó—. Está bien, si quieres hablar estoy aquí.

No le gustaba ver a su alfa así, una parte de él estaba tan rota y odiaba que fuera así porque se merecía el cielo y las estrellas. Soltó sus feromonas para poder calmar un poco al de ojos verdes, funcionó un poco, sintió como su respiración se relajaba.

✧✦✧

Estaba en un sueño profundo, uno que no era común en él, pero se sentía tan bien que no quería despertar jamás. Pero sintió unos golpes en su rostro, se removió y siguió sintiendo esos golpes. Poco a poco abrió los ojos y vio esa carita angelical que hacía que se le forme una sonrisa.

—¡Gook! —dijo el bebé.

—Hola, bebé —dijo con la voz ronca.

—E amo —dijo Jaehyun con una sonrisa y Jungkook pensó que iba a volver a llorar.

—Yo también te amo, Jae —le dijo y el cachorro abrazó su cabeza, el alfa solo pudo reír y también escuchó la risa del omega que más quería.

Con Jae en brazos fue hasta la cocina donde se encontraba aquel omega de ojos azules que lo había cautivado desde la primera vez que lo vio, estaba cocinando algo, olía muy bien.

—Hola, omega —le dijo. Jimin pensó que dejaría de respirar al escuchar decirle de tal manera con la voz ronca por el reciente despertar.

—Hola, alfa —dijo sin apartar la vista de una olla prestada que le había traído Hoseok de su casa. Estaba haciendo salsa.

—¿Cómo está el omega más hermoso de todo el planeta? —dijo acercándose a él aún con su cachorro en brazos. Una sonrisa radiante se formó en el rostro del menor, en pocos segundos sintió su mentón en su hombro, dejó un pequeño beso en su cuello que hizo que sus piernas se debilitaran.

—Está bien —dijo tratando de recomponerse.

—Huele delicioso, Jim.

—Espero que esté igual que como huele.

—Cualquier cosa que cocines va a ser lo mejor que he probado.

Jimin volteó su cabeza un segundo, el alfa lo imitó y el omega dejó un pequeño beso en sus labios.

—Te quiero —dijo el omega.

—Te amo —dijo el alfa sin pensar. El cuerpo del omega se tensó y Jungkook quiso que un camión le pasase por encima.

✧✦✧

Comieron en silencio, no era muy cómodo que digamos.

—Gook más —dijo el cachorro, el alfa se había ofrecido para darle de comer así el castaño comía tranquilo. Así que ahora estaba sentado en sus piernas comiendo.

—Espérame un momento —habló agarrando con el tenedor un poco de fideos para poder llevárselo a la boca lo más rápido posible antes de que el bebé comenzara a apresurarlo. Una vez que tragó le dio un poco más—. Es difícil esto, ¿cómo lo haces?

—Es la costumbre. Al principio también era complicado.

—¿Cómo fue tu vida antes de esto?

Jimin no sabía por donde empezar.

—¿Antes de Jae, antes de su padre o antes que mis padres se enteraran que era un omega?

El término "padre" no le quedaba a esa persona y el lobo del alfa se ofendió al escuchar salir de la boca de su omega aquello.

—Antes de que tus padres se enteraran de que eras un omega.

—Pues, era normal. Mis padres estaban seguros de que iba ser omega, tuve algunas amigas que eran más víboras que amigas, pero, aunque hasta a mí me cuesta creerlo, fueron las únicas que me dijeron que saliera de la relación en la que estaba. Tuve un amigo del cual me enamoré perdidamente y me dejó tirado en la calle con su hijo en camino.

"Ahí estaba un Jimin asustado sentado en el piso del baño. Las pruebas dijeron que sí y su instinto lo había confirmado desde un primer momento, estaba esperando un bebé. Tenía miedo, las lágrimas cayeron por horas, no sabía que hacer, sabía que Jihoon se iba a enfadar y no quería eso.

Su cuerpo temblaba y no tenía a nadie, no tenía amigos para hablar sobre la noticia, su novio se había encargado de alejarlos a todos poco a poco, primero sutilmente y ahora le gritaba cada vez que lo veía hablando con alguien. No tenía familia, lo habían abandonado por ser un omega y sabía que su padre no lo querría devuelta, menos con un hijo. La madre del alfa tampoco era alguien de confiar, le hacía la vida imposible cada vez que tenía la oportunidad.

No sabía que hacer, tan solo tenía 17 años, no podía ni siquiera con su vida, no tenía un lugar, no tenía algo que realmente fuera de su propiedad. No tenía nada y no sabía si tenerlo, pero, ¿qué otra opción quedaba? No tenía a quien pedirle ayuda.

Está solo, completamente solo. Nada en esa casa era suyo y una parte muy en el fondo le repetía cada día que Jihoon no era suyo, que para él no era nadie, pero se negaba a escuchar, se negaba a creer. Era él y esa pequeña célula que estaba dentro suyo.

Escuchó las llaves y trató de dejar de llorar, el alfa había llegado y tenía que recomponerse para decirle la noticia. Escuchó que saludó a su madre, tardó unos minutos en entrar a su habitación. El picaporte se movió, empezó a temblar nuevamente.

Jimin, mi madre dijo que no ayudaste en nada hoy. ¿Puedes ser un poco más considerado y mover tu culo de la cama? Te estamos dando un techo, es tu obligación ayudar. Eres un omega —dijo apenas puso un pie dentro de aquel lugar, luego cerró la puerta y se sacó el tapado negro que llevaba.

Esperaba algo dulce, esperaba que le dijera un "hola" y un beso, necesitaba esa atención y no la tenía, sus lágrimas volvieron a caer por ello. Quería que se comportara como una pareja, como lo era al principio de la relación cuando le pintó todo de color de rosa, dónde era capaz de bajarle las estrellas si se lo pedía. Pero no tenía a ese Jihoon, lo que tenía era una persona posesiva, que le reprochaba todo y que las únicas veces que era cariñoso era porque quería follar. Necesitaba afecto, su omega lo necesitaba, pero lo único que tenía eran sus reproches.

L-Lo siento —dijo hipando.

—Jimin, no empieces, no estoy de humor para tus llantitos.

Siguió hipando y limpiándose la nariz con la manga de su suéter. Una vez calmado trató de soltar la bomba.

—Jihoon...

—¿Qué quieres?

—¿Tú me amas? —dijo en cambio.

—Amo tu trasero y amo follarlo.

Le dolió, su pecho dolía. Era solo un juguete sexual para él. Todos esos meses donde se sintió importante, dónde sintió que ese alfa lo quería eran una farsa, lo único que quería era follarlo y una vez que lo obtuvo lo trató como a cualquiera. Una vez que obtuvo lo que quería lo trató como a un pedazo de basura, lo pisaba cada vez que podía.

—Vamos a ser papás —soltó sin más.

—¿Qué? —dijo en shock. No podía ser, lo único que quería de aquel omega era su trasero, no quería una familia, ni siquiera había terminado la universidad, joder.

Hubo un silencio. Jimin volvió a hablar por si Jihoon no había entendido.

—Estoy en estado.

El alfa empezó a caminar de un lado a otro, el omega sentía olor a furia, era amargo, como si fuese olor a cable quemado, tan amargo que te asfixiaba.

—Esa cosa no es mía.

—Pero yo solo estuve...

—¡Esa cosa no es mía! ¡¿Con quién te acostaste, eh?!

—Jihoon... pasé mi celo contigo —dijo con un hilo de voz.

—Yo no soy el padre de ese bastardo, eso... —dijo señalando su barriga—. Es tu problema —agarró un bolso cualquiera y comenzó a guardar sus cosas. Las lágrimas del omega caían de a montones.

—Jihoon no, por favor, no tengo dónde ir.

—Ese es tu problema, yo no quiero bastardos en mi casa. Mucho tuve con aguantarte a ti.

—Dijiste que me amabas, dijiste...

—Tú eras el idiota que me quería, yo nunca te quise, ni siquiera quería ser tu amigo. Tú me hiciste el chico ideal y yo te hacía ilusiones porque quería tu trasero. Eres un idiota que cayó muy fácil en mi red. Nunca, ¿me escuchas? ¡Nunca quise nada contigo!

—Pero... los celos.

—Soy un alfa, idiota, no porque te cele significa que siento algo. Es solo mi puta naturaleza.

No podía creerle, simplemente no podía. Las palabras bonitas eran mentiras, sus promesas eran actuadas y solo dijo que se quedara en su casa para poder follarlo. Nunca lo quiso, nunca lo amó.

Esa cosa es tu problema, yo no soy el padre. Tú eres el culpable por entregarle el culo a cualquiera. Eres como cualquier hombre omega, se lo das al primero que te demuestre un poco de interés.

Jimin no podía hablar, no caía que le estuviera diciendo eso, su corazón se partía cada vez más que una palabra salía de la boca de Jihoon.

Él lo quería, no, él lo amaba. Aguantó sus gritos, sus celos, sus reproches, aguantó que lo alejara de todo. Aguantó cada cosa que el alfa hacía porque una parte de él le decía que si lo aguantaba volvería a hacer ese lindo alfa que lo hacía sentir especial, pero nunca volvió a serlo. En cambio, solo le decía palabras que hacían que su corazón se rompa cada vez más.

—Ahora te vas.

—No tengo dónde ir.

—¿Tengo cara de que me importa? Tú fuiste el que se buscó esto.

Le tiró su bolso y el omega lo agarró, pero no podía moverse.

—¡Vete!

—¿Qué pasa aquí? —dijo su madre al abrir la puerta, Jihoon comenzó a llorar falsamente.

—Me engañó, mamá, y ahora espera un hijo.

—Yo sabía que eras un cualquiera. Vete de mi casa. ¡Ahora!

Como pudo empezó a caminar, llegó hasta la puerta de entrada, respiró y miró una vez al que pensó que era el amor de su vida.

—Es tu hijo —dijo bajito.

—Esa mierda no es nada mío —escupió.

—Vaya a saber uno de quien será —dijo su madre.

Abrió la puerta y con el corazón hecho pedazos se fue. Caminaba sin rumbo, no sabía donde ir, tenía muy poco dinero y una célula que crecía dentro suyo. Los mocos caían de su nariz, él solo se limpiaba con la manga ya mojada de su suéter.

Amó a Jihoon con todo su ser, cada célula de su cuerpo reaccionaba a él, no importaba si lo maltrataba, no importaba si lo hería, Jimin seguía amando a ese alfa aún más que la primera vez. Aguantó tanto que no sabe de dónde sacó aquella fuerza.

Del fruto de aquel amor ahora quedaba un ser, pero a decir verdad todo aquello fue obra del amor de Jimin, el alfa nunca puso un gramo de amor allí."

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